lunes, 19 de noviembre de 2012

::Arriba


A veces nos enredamos en el bosque, nos perdemos entre los árboles, la visión se hace tan corta allí. 
No logramos ver mas allá y nos atascamos entre las hojarascas, tanto que no somos capaces de mirar hacia arriba y nos perdemos el brillo del sol. Caminamos en círculos y llegamos a conformarnos con ese micro clima frió y húmedo.  

Mucho tiempo estuve allí,  hasta que un día mire hacia arriba y acaricie los rayos del sol, decidí entonces subir uno de esos árboles y llenarme la piel de calidez,  ver mejor sobre sus troncos, sus hojas y ramas... aprendí a apreciar el bosque entero, visualizar el horizonte y a no perderme entre pequeñeces. 

Desde entonces no tropiezo con los arboles, ahora salto sobre ellos.  De vez en cuando bajo, sólo a llenarme los ojos del color de la esperanza. 

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